Tangofulness paperback and kindle

“Tan sensible y descriptivo. ¡Amé las formas e imágenes que venían a mi mente mientras lo leía!”
Alejandra Mantiñan – para el capítulo “El significado de tu camino de desarrollo personal en el tango

Nota: estos pensamientos son parte del libro Tangofulness: Explorando la conexión, la consciencia, y el sentido en el tango.

El sentido del cabeceo – Tango

A menudo, cuando hablamos de la comunicación en el tango, las personas tienden a enfocarse solamente en el acto de bailar. Desafortunadamente, la comunicación puede romperse mucho tiempo antes de llegar a ese punto.

Mientras entrevistaba a Marisol Morales para el segundo libro de Tango Tips by the Maestros, ella me expuso a un enfoque hermoso. Antes de llegar allí, exploremos juntos el cabeceo. Estoy aclarando que cuando digo cabeceo también me refiero a la mirada. Esto no es técnicamente correcto, pero simplifica la discusión.

Primero, quiero pedirte que cierres tus ojos por un rato e imagines el cabeceo perfecto. ¿Qué lo haría perfecto? Sé claro. Describe el tipo de persona, el tipo de música, el tipo de noche. ¿Dónde está sentada la persona con quien bailarás? ¿Cuán lejos de ti? ¿Cuán rápidamente gira su cabeza hacia tu dirección? ¿Cómo cambia tu rostro cuando la ves? ¿Cómo cambia su rostro al verte? No escatimes en descripciones.

¿Lo tienes?

Comencemos.

El cabeceo es considerado por muchos como uno de los códigos del tango. Es visto como una regla a ser seguida. Para mí, este es un acercamiento que crea confianza de primer nivel, como discutimos dos capítulos atrás. Si no lo recuerdas, había tres niveles: confianza basada en la disuasión, confianza basada en el conocimiento, y confianza basada en la identidad. Seguir estas reglas lleva a una confianza basada en la disuasión, donde tu pareja sabe que tú respetas los códigos. Ella o él puede asumir que tú también respetas otros códigos tradicionales. Lo que sucede con frecuencia, sin embargo, es que cada ciudad o milonga tiene sus propias reglas. En este sentido, si te quedas con el cabeceo como regla y vas a la milonga, puedes fallar en notar que nadie está usando el cabeceo allí. Simplemente tienen otras reglas. En ese caso, si generalmente usas el cabeceo porque es parte de las reglas, tal vez necesites dejar de usarlo dado que las reglas locales son otras.

Algunas personas entran a la milonga únicamente para observar. Notan qué seguidoras/es y líderes usan el cabeceo y cuáles no, y pueden elegir actuar adecuadamente. Este es un acercamiento de segundo nivel que desarrolla una confianza basada en el conocimiento. Sabes cómo tus posibles parejas gustan de ser invitadas, y procedes de manera acorde. Obviamente, puede que no te percates de que quizás ya existan relaciones establecidas entre algunos de los miembros de la comunidad local que dicten cuándo el cabeceo ha de ser usado y cuándo no. 

Prefiero enfocarme en una comprensión del cabeceo que lleva a un nivel de confianza superior, basada en la identidad. Y aquí es donde las palabras de Marisol trajeron mucha claridad.

Marisol me enseñó que el cabeceo no debería significar “Quiero bailar contigo”. Debería significar, “Quiero bailar contigo, aquí, ahora, porque creo que puedo ofrecerte a ti lo que estás buscando en este momento, durante esta pieza musical.” O aún mejor, “Nosotros queremos bailar juntos, aquí, ahora, porque nosotros creemos que podemos ofrecernos lo que estamos buscando en este momento, durante esta pieza musical.”

Ahora, muchísimas cosas deben suceder para que un cabeceo signifique todas esas cosas. Marisol tiene una manera hermosa de explicarlo que puedes encontrar en el segundo libro de Tango Tips by the Maestros. Aún así, me gustaría compartir aquí mi entendimiento de cómo ella me lo explicó a mí.

Cuando una pieza musical comienza, y noto que la cara de la persona con la cual yo deseo bailar se transforma, sé que esa pieza la afecta. Cuando su cara se ilumina, o repentinamente comienza a mirar alrededor, temiendo que se quedará sentada durante esa fantástica pieza, mantengo mi mirada.

Ahora, si observas bien, tal vez hayas notado más temprano durante la noche cómo ciertas personas se sienten. Quizás están tristes o felices, silenciosas o sociales, etc. Cada quien está buscando a la persona que pueda ser la contenedora de ese sentimiento. Esa contenedora eres tú cuando tú puedes ayudar a la persona a expresar aquel sentimiento o aceptarlo durante el baile contigo. No invitaría a bailar a una persona con el corazón roto durante una tanda de milongas. Aunque quizás pueda ayudar a su mente a despejarse y jugar, es una movida arriesgada. Un vals que fluye y te hace sentir sobre las nubes puede también ser una elección equivocada. Por otro lado, una tanda de Pugliese, con oportunidades incontables de expresar tensión y relajar, puede ser la elección correcta. Observar los humores de tu bailarín o bailarina favorita te ayudará a mirar a la persona correcta cuando llegue el momento indicado.

Pueden suceder cosas diferentes cuando miras a alguien, cada una con su propio sentido. Puede que ella nunca me mire. En ese caso, el juego ha terminado. Puede ser que ella comience a mirar alrededor a diferentes personas hasta que atrape mi mirada y (ojalá) sonría. Mi situación favorita es cuando suena la primera nota de la canción en la sala, y ambos nos miramos inmediatamente. Este es el tipo de cabeceo que te dice, “Soy aceptado/a, deseado/a, elegido/a, notado/a.” Es el tipo de cabeceo que abastece las necesidades emocionales más básicas de los humanos.

Soy un bailarín que realmente disfruta de la música romántica y de los valses. Cuando una seguidora me mira durante esas tandas, siento que parte de mis deseos han sido percibidos. Cuando veo la emoción en sus ojos, siento que ella ha visto algo en mí que aprueba. Esto crea en mí una seguridad emocional, esencial para la expresión verdadera. Eso es un gran regalo para dar y recibir.

Mi pregunta para ti es la siguiente. ¿Te preguntas a ti mismo si puedes dar a una persona en específico lo que ella está buscando, durante una canción en particular, basándote en sus sentimientos durante esa noche? Si nunca lo has pensado así, esta puede ser una gran nueva capa de sentido que puedes darle a tu cabeceo, y puede cambiar la manera en la que experimentas tu noche.

Yo amo los cabeceos que suceden por una razón. Saber que esa razón es que ambos nos elegimos mutuamente en un momento específico es genial. No recuerdo siquiera haber tenido una mala tanda luego de un cabeceo con sentido. Dispone el ánimo.

Ahora, el cabeceo puede significar también un montón de otras cosas.

(Continúa debajo…)

Nota: estos pensamientos son parte del libro Tangofulness: Explorando la conexión, la consciencia y el significado en el tango.

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En primer lugar, significa igualdad. No importa si eres seguidor(a) o líder; si no me miras cuando yo te miro, no sucede. Me gano mi baile basándome en un deseo común de ambos por bailar juntos. Sin el cabeceo, muchas personas que bailan en el rol seguidor se encuentran atrapadas en una silla, sintiendo que deben obedecer a alguna expectativa social oscura que dice que los líderes deberían venir hacia ellas. Desafortunadamente, sin el cabeceo, si eres un líder que no ha aprendido cómo dar una experiencia bella a tus parejas, puedes tomar ventaja de la decisión de algunas seguidoras de bailar contigo incluso si no lo desean. Simplemente se sienten demasiado incómodas con decirte “no” a la cara. Y luego las fuerzas a unos 12 o 15 minutos de un “baile” totalmente desprovisto de sentido. Y eso va en ambas direcciones. He dicho que sí a seguidoras que me han invitado a bailar sin cabeceo. Simplemente se acercaron a mí y me preguntaron si quería bailar. Yo también me sentí demasiado incómodo como para decir que no. Así que puse en mi cara la sonrisa más grande del mundo y dije que sí con entusiasmo. Nunca descubrieron que mi corazón no estaba en ese baile. Pero esas tandas se sintieron extrañamente bien. 

Puedes decir, “Dimitris, si verdaderamente respetaras a esas mujeres, deberías haberles dicho que ‘no’, y hubieras seguido tu camino. Ninguna persona desea bailar con quien no desea bailar con ella.” Yo creo que tú tienes razón. Pero de igual forma, encuentro difícil decir que no. Y siempre intento asegurarme de que no descubran que estamos bailando una tanda a medio corazón. No es una linda sensación. Por eso amo el cabeceo. Cuando un cabeceo funciona, estoy seguro de que ella desea bailar conmigo, y ella sabe que yo deseo bailar con ella. No hubiera recurrido esfuerzo alguno para ella pretender que no me vio, y yo ni siquiera estaría seguro de que mi invitación hubiera sido rechazada.

Un cabeceo exitoso significa que tú estás a punto de bailar con alguien que desea bailar contigo. Tienes frente a ti una tanda con un sentido compartido, deseo compartido, elección compartida. Has dado a tu pareja potencial una suave y amable opción de decir que sí o no. Le has dado una opción real; has eliminado la presión. Y ella ha hecho lo mismo por ti – qué manera más hermosa de comenzar una danza.

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